En el noroeste de Mallorca, entre Sóller y Valldemossa, se alza majestuosa la finca Son Marroig sobre los acantilados frente a la península de Na Foradada. Se encuentra a solo cuatro kilómetros de Deià y fue propiedad del archiduque Luis Salvador de Austria (1847-1915).
El archiduque era un erudito, amante del arte y defensor de la naturaleza, conocido aún hoy por sus libros y estudios sobre el Mediterráneo. Su gran amor era la naturaleza, las Baleares y en particular Mallorca. Aquí pasó gran parte de su vida.
Razones para visitar Son Marroig:
- Importancia histórica: La finca fue la residencia del archiduque Luis Salvador de Austria. Su amor por la isla y su dedicación a la conservación de la naturaleza han dejado una profunda huella en la región. La villa en sí está llena de historia y cultura.
- Arquitectura impresionante: La finca destaca por su hermosa arquitectura, típica de la época y el estilo de las Baleares. Especialmente notable es un pabellón de mármol blanco, que a menudo sirve como motivo fotográfico.
- Vistas espectaculares: Desde Son Marroig se tiene una vista fantástica sobre la costa y el mar. La ubicación sobre los acantilados ofrece panorámicas que están entre las más hermosas de Mallorca.
Mapa, ubicación y acceso
Desde Palma, se llega a Son Marroig en un trayecto de 40 minutos en coche. Se toma la Ma-1110 en dirección a Valldemossa y luego se continúa siete kilómetros por la Ma-10. Los carteles indicadores conducen a la finca, donde hay suficientes plazas de aparcamiento disponibles.
Información importante:
- Son Marroig se puede visitar de lunes a sábado; los domingos está cerrado.
- Horario: de 9.30 a 14.00 y de 15.00 a 17.30.
- Hay aparcamiento suficiente en la finca.
- La entrada cuesta 4,00 €.
Una visita a Son Marroig ofrece una combinación única de patrimonio cultural, vistas impresionantes y relajación.
Richard Hanke
Un amor que duraría 41 años
El archiduque quedó fascinado por la belleza de la isla y, cuando descubrió la finca Son Marroig, enclavada en un paisaje fantástico, la adquirió inmediatamente.

La residencia, construida en el típico estilo mallorquín, data originalmente del siglo XVII y perteneció a Gabriel Masroig de la Foradada hasta su venta. El archiduque Luis Salvador vivió en su mansión Son Marroig durante 41 años.

Sin embargo, no disfrutaba de la vista solo: a menudo lo visitaba su prima, nada menos que la legendaria emperatriz Sissi, que llegaba a bordo del yate estatal austriaco Miramar. Cabe señalar que el archiduque nunca se casó, aunque tuvo varios hijos ilegítimos a quienes cuidó generosamente.
La finca Son Marroig se convierte en museo
En 1927, doce años después de la muerte del archiduque, se fundó un museo en Son Marroig por iniciativa privada. Hoy se puede visitar, y la entrada cuesta actualmente 4 euros.
El recorrido por el comedor con cerámicas, el dormitorio con la cama con dosel ricamente tallada y la sala de estar del archiduque es como un pequeño viaje al pasado y a la historia de Luis Salvador.
En la sala de estar se encuentran todavía numerosos objetos personales del antiguo residente: libros sobre las Baleares que él mismo escribió, así como dibujos, muebles históricos y una colección de mapas. Por supuesto, no puede faltar la obra principal de Luis Salvador: el monumental «Las Baleares», que consta de unas 6000 páginas y está expuesto en una vitrina.
En las paredes cuelgan valiosas pinturas, entre ellas obras de pintores paisajistas mallorquines. Casi parece que el archiduque Luis Salvador nunca hubiera dejado su residencia.
El jardín y el templo de la finca

En mi opinión, los puntos más destacados de Son Marroig no se encuentran en el museo, sino en el exterior, alrededor del edificio. Por ejemplo, la joya del hermoso jardín: un templo de mármol de Carrara que se alza sobre un saliente rocoso.

Su arquitectura griega antigua es visible desde lejos. Rodeado por un paisaje impresionante de montañas y mar, es uno de los lugares más fascinantes de la isla de Mallorca. ¡Aquí no debe faltar la cámara de fotos! No en vano, el jardín paradisíaco con el paisaje natural y el espectacular mirador es muy popular entre las parejas de novios.

Quien quiera visitar Son Marroig, debería ponerse zapatos más firmes, ya que un maravilloso sendero lleva a la famosa roca agujereada “Sa Foradada”. Se dice que el archiduque Luis Salvador creó él mismo este sendero. Vale la pena: ¡es difícil encontrar una vista al mar más espectacular que en Sa Foradada!
Mi conclusión: Más que «solo» un museo
Son Marroig es sin duda un lugar muy especial. La mansión es un recuerdo auténtico y cuidadosamente diseñado de la vida y la obra de un hombre que amaba profundamente Mallorca. Al mismo tiempo, ofrece interesantes perspectivas sobre la cultura y la belleza de la región de la costa oeste.
La entrada de 4 euros actualmente está absolutamente justificada, ya que hay realmente mucho que ver. Por cierto: cada año se celebra en Son Marroig el Festival Internacional de Música de Deià. Entre los lugares de celebración se incluye, además de la finca del archiduque, el Monasterio de Miramar.
Este se encuentra en una ubicación magnífica en el Serra de Tramuntana y también fue propiedad del archiduque. El monasterio es otro pedazo de cultura que refleja de manera impresionante la época, ya que allí vivían misioneros que intentaban convertir a los no creyentes al cristianismo.
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